Decir lo que sentimos, sentir lo que decimos, concordar las palabras con la mente. (Séneca)

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jueves, 12 de septiembre de 2013

Nadie tiene sueños eróticos con alguien muy simpático...

Eso leí el otro día en una conocida cadena de tiendas de belleza. Fui a comprarme un eyeliner porque sí, una servidora es coqueta y está intentando que no le salga la raya del ojo como la carretera de Burgos, y allí estaba el cartel. Y me eché unas risas, lo reconozco, perdón si a alguien ese eslogan le parece ofensivo...
Sueños eróticos se tienen con gente guapa, claro está. Es verdad que sería muy raro (¿o quizás enfermizo?) tener un sueño de esos sexies con una persona que nos provoque repugnancia; el señor Freud nos psicoanalizaría y concluiría que algo en nuestra infancia nos provocó un trauma, o nos dejó un cable descolocado, vaya usted a saber. Pero ser guapo/a no basta para estar presente en los sueños eróticos de alguien, o eso me parece. Al menos es lo que me pasa a mí. No que yo sea (o me considere) una belleza, sino el hecho de ver a un guapo y que me deje fría; ni fu ni fa.

Resulta que yo suelto una mentira bastante a menudo. Cada vez que alguna conversación deriva en el tema hombres que quitan el hipo (y, sorprendentemente, muchas lo hacen...), siempre se me escapa eso de "¿dónde están los hombretones como Brad Pitt?", como si Brad fuese para mí el hombre de mis sueños (eróticos). Pues claro que es un tío guapo, cómo voy a decir que no. Es, quizás, el bellezón que más carpetas de adolescentes ha forrado. El hombre que toda mujer imagina cuando alguien dice la palabra guapo. Pero a mí no me llega, no me altera el pulso, qué le voy a hacer. Lo que ocurre es que, si dijera la verdad, sería algo así como "¿dónde están los hombretones como Christian Bale?", y alguien me diría que quién es ése, y bla, bla, bla, ponte a explicarlo. Así que nombro al señor Pitt, y todos nos entendemos.

La belleza de Brad no me resulta atractiva, ésa es mi conclusión. Por eso no tengo sueños eróticos con este señor, supongo. Así que prefiero a los hombres atractivos, aunque quizás sus facciones no sean tan perfectas como las de ese ángel de pelo rubio y sonrisa Profident. Y ahora viene lo bueno. ¿Qué es ser atractivo? ¿Hay alguna norma, un canon, unas medidas? ¿Depende de la edad que se tenga? ¿De la edad que tenga el que te esté mirando? ¿Es una cuestión sólo física? La RAE dice que atractivo es el que atrae (¿alguien lo dudaba?), y perogrulladas aparte, dice también que es aquél que por su físico despierta interés y agrado. Pero también añade que tienes atractivo cuando (afortunado tú) posees gracia en el semblante o en las palabras y acciones, y así atraes la voluntad de los demás. Es algo que desprendes, ya sea por tu envoltorio o por cómo te desenvuelves (paradojas aparte).

Tengo una amiga a la que la atraen los cachas. Otras prefieren los tíos metrosexuales, o los rubios con ojos claros. A mí siempre me han atraído los hombres altos y con barba. ¿Como Rajoy? Mis respetos hacia este señor, pero no es mi tipo. ¿Y algo que no sea físico? ¿No estábamos diciendo que el atractivo es algo más? Pues claro. Si el hombre más guapo del mundo (con barba) viniese hacia mí y se me declarase en plan romántico, pero al abrir la boca tuviera menos conversación que un ficus, le agradecería enormemente su interés, pero le rechazaría, y no es que me esté haciendo la intelectual. A mí me resulta muy atractivo alguien con esa chispa que te hace sentirte vivo. Esa gente con la que se puede hablar de todo o de nada en particular. El sentido del humor me encanta. Las mentes despiertas, todavía más. 

Así que voy a ir a decirles a los de la tienda que cambien el eslogan. Que el hombre más atractivo que conozco debe ese tremendo sex appeal a una personalidad arrolladora y no solamente a un físico espectacular (un beso al Señor X...). Y que yo les arreglo el cartel en un periquete: Nadie tiene sueños eróticos con alguien (sólo) muy simpático...



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